Había un horizonte de cenizas
de ojos para adentro,
de ojos para afuera.
No era una metáfora de sombras,
sino de muerte.
La muerte y la ceniza van disipándose.
Todo lo que pasó fue necesario
para llegar a lo que soy ahora
y sin embargo,
daría media vida por olvidarlo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario