No abras las puertas que un día decidiste cerrar a cal y canto. Recuerda que tenías tus motivos porque nadie arma un fuerte sino es para proteger su alma. El tiempo a veces parece que nos cura, que consigue tener dormidos nuestros demonios, pero no es así. Allí siguen. Si no los aceptas volverás a equivocarte y a sentir la misma decepción de entonces.
Tema cerrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario