martes, 9 de diciembre de 2008

Requiem por el amor


El amor se me ha suicidado.
Oremos, todos juntos
por el soneto que no nacerá.
Lo tenía en la cabeza,
en el corazón y en el vientre
y se me ha desprendido
como un feto sin útero,
como un Cristo sin cruz
o un hombre sin memoria.

No pude retenerlo,
le hice poemas, arrumacos
y hasta banderas de libertad,
pero él solo leía a Becquer
y cantaba a las sirenas
en una piscina prefabricada.

Fue tan grande el impacto
que no encontraron
ni el carnet de identidad.

Y no tengo plañideras para la ocasión
ni discurso para la despedida,
solo un espejo que me sonríe
insultándome,
borracho de libertad.

2 comentarios:

  1. Hola Arant!!! Qué bueno ver tu página. Me gustó sobre todo este Requiem me parece una poesía bellísima y que concuerda con una sensación tan humana que todos hemos vivido alguna vez. Te mando un besote grande grande. Y prometo venir por aquí más a menudo.

    Acordate: La luna también existe!!!

    Oli

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  2. Oliiiiiiiiiiiii, que no te había visto. Gracias por venir a este blog al que tengo que meterle un poco más de caña.

    Un besazo.

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