Volviste de las cosas dormidas,
del podrido silencio de las sienes
y los instrumentos muertos de polvo.
Resucitaste tu garganta de silencio
por cuerdas adormecidas en humo,
cargadas de ausencia.
Volviste del desierto ahogado por los dioses,
del tren perdido en el que nadie viaja
con ese sillón eterno donde mueren las flores,
y el éxodo donde descansan los vinilos.
Llegaste a mí, sereno, renovado,
malherido por el talento.
Llegaste a mí con el perfume que toca todas las cosas,
con la elegancia con la que miran tus ojos.
Qué decirte...
que me gusta el lugar que ocupas en el mundo,
qué decirte...
que me gusta el lugar que ocupo yo,
prisionera de tu encanto.
que me gusta el lugar que ocupas en el mundo,
qué decirte...
que me gusta el lugar que ocupo yo,
prisionera de tu encanto.
me encanta este poema...
ResponderEliminarqué bien escribes...
un beso amiga del alma.
juli
Me siento doblemente gratificada.
ResponderEliminarMe tenías preocupada.
He visto en chugar tu saludo y con eso me he sentido más que bien.
Besicos, cariñico.
Hola Arantza, de veras que mme da gusto estar aquí, la música es preciosa y como te lo dije, por momentos te me haces inmensa; me encantó el poema de las palomas, qué final y también ese viejito que tienes del 96 pero een todos hay una fuerza en el decir tan hondo por auténtico, que llega y conmueve.
ResponderEliminarUn beso y hasta la próxima porque sé que habrá próxima, tú seguirás escribiendo y yo leyendo.
Gracias Alex por venir a este rinconcito. Te agradezco con el corazón todas tus palabras. Tú también llegas mucho con lo que escribes por hondo y auténtico.
ResponderEliminarUn beso. Nos leemos.
Ana y Julián. Un beso enorme para los dos, tarde pero seguro.
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