Yo nací para querer y no para que me quieran. No es un pensamiento victimista sino una realidad que acepto con alegría.
No pido nada, tengo demasiado.
Estoy capacitada para amar, pero el miedo me impide demostrarlo.
Tengo un exagerado sentido del ridículo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario