sábado, 20 de agosto de 2016

Agosto


Todas mis expectativas
están apelotonadas
en la eternidad de Agosto,
en su lenta burocracia.

Hay un expediente médico
en la mesa cirujana
esperando que regresen
de su merecida holganza
los prestigiosos galenos
con su seria bata blanca.

Todos huyen en agosto
de la ciudad vitoriana
y hasta yo me he escapado
a la paz de las montañas,
para honrar la vida hermosa,
para llenarme de savia.

A veces quiero volar
colgada de una bandada
de golondrinas inquietas
cuando a la tarde disparan
la belleza del paisaje.

Mientras reparan mis alas
me agarro a tu mano amiga
y voy soñando palabras
que decoren el futuro
que presagiaron las hadas.

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