domingo, 24 de mayo de 2015

Desde siempre


Lo mío con usted, 
caballero de luces y sombras, 
ya se rumoreaba en las cuevas de Altamira, 
ya estaba en el canto nocturno 
del mirlo primigenio 
que viajaba a lomos de saurios gigantes. 

Porque el mar y el cielo eran los mismos 
y no importan los siglos que pasaron 
ni los que queden por venir. 

Lo mío con usted 
-que no es lo mismo que lo suyo conmigo, 
ni lo nuestro- 

tiene callados a todos los poetas del mundo.

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