Gavrí Akhenazi
Arantza 4/10/2008
Un damasco se parte entre sus dedos
y ella
es un largo noviembre
casi un templo
de todos esos dioses
que el hombre cotidiano se ha olvidado.
Magnífica en lo simple
majestuosa en un fondo de frutas sin mordisco
es un coctel de especies y de gemas
un aire que se envuelve de palomas
la voz de una lechuza en la penumbra
el crepitar de un leño
una mujer que llora
cuando canta.
Dicen los sabios vascos que es un nombre de virgen
y en el tiempo
es un arpegio agudo
un hito entre los nombres que hacen al bien posible.
Esa es ella
la tierna, la distante, la sabia, la ignorante, la mayúscula
la de todos
la pródiga igual que una cocina
un canto
el último pájaro que vuelve
la sumatoria de todas las almendras
porque lo dulce
siempre es infinito.
y ella
es un largo noviembre
casi un templo
de todos esos dioses
que el hombre cotidiano se ha olvidado.
Magnífica en lo simple
majestuosa en un fondo de frutas sin mordisco
es un coctel de especies y de gemas
un aire que se envuelve de palomas
la voz de una lechuza en la penumbra
el crepitar de un leño
una mujer que llora
cuando canta.
Dicen los sabios vascos que es un nombre de virgen
y en el tiempo
es un arpegio agudo
un hito entre los nombres que hacen al bien posible.
Esa es ella
la tierna, la distante, la sabia, la ignorante, la mayúscula
la de todos
la pródiga igual que una cocina
un canto
el último pájaro que vuelve
la sumatoria de todas las almendras
porque lo dulce
siempre es infinito.
Morgana de Palacios
Agosto 2011
Ella se despertó. Hubo un silencio
hecho de muchos hombres sordomudos,
un sarcófago lleno de elocuencia,
mil palabras perdidas.
Ella se despertó como un mal pálpito
sobre los pechos firmes de la amnesia
y apagó el pensamiento de un soplido
como se apaga el sol
de lejanía.
Ella estaba resuelta a no pensar
y que se hiciera, al fin, la oscuridad del solo,
la nada en el espejo ametrallado.
Otras ellas le hablaron de fluir
como fluyen las lágrimas en su líquida esencia
las lágrimas no piensan
tú tampoco
y se escribió a si misma.
hecho de muchos hombres sordomudos,
un sarcófago lleno de elocuencia,
mil palabras perdidas.
Ella se despertó como un mal pálpito
sobre los pechos firmes de la amnesia
y apagó el pensamiento de un soplido
como se apaga el sol
de lejanía.
Ella estaba resuelta a no pensar
y que se hiciera, al fin, la oscuridad del solo,
la nada en el espejo ametrallado.
Otras ellas le hablaron de fluir
como fluyen las lágrimas en su líquida esencia
las lágrimas no piensan
tú tampoco
y se escribió a si misma.
8/4/2016
Hay
quien nace con estrella
-
dicen de siempre los viejos -
y
quien estrellado lucha
porque
no le den por muerto.
Un
melocotón es dulce
cuando
madura en el huerto
enmielándose
en la rama
con
el sol de los recuerdos,
besado
por las abejas
y
al abrigo de los vientos.
Mas
puede ser fruta acerba
y
de la lengua lamento,
si
por buena es acosada
por
la vida y sus insectos
que
abusan de su dulzor
hasta
que solo veneno
le
queda bajo la piel
cuando
llegan malos tiempos.
Si
no fuera porque eres
un
melocotón guerrero,
ya
te habrías amargado
y
cercenado algún cuello,
pero
aquí estás, peleando
y
llena de amor del bueno,
del
que florece en la pena
y
se crece en el esfuerzo.
Aquí
estás, fruta valiente,
Arantza
todoterreno,
por
algo te puse el nombre
mi
vasca hermosa. Te quiero.
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